Veamos por dónde empezar. Half-Life: Alyx es… No, empecemos desde el principio. Hace un tiempo decidí probar la realidad virtual (VR), ya que era algo que me llamaba bastante la atención y porque, además, estoy convencido de que el futuro de los videojuegos va a tirar por estos derroteros. Así que me dispuse a dar el paso, tire de tarjeta y me compre unas HP Reverb, principalmente por la resolución de pantalla que ofrecían.
Soy un gran fan de la simulación aérea, por lo tanto lo primero que probé fue mi viejo conocido DCS. La experiencia fue más que buena; la inmersión, la profundidad en la cabina, la libertad de movimientos, hace que el juego se disfrute de una manera muy diferente. Después probé otros juegos de mi biblioteca, si bien estos no son exclusivos de VR permiten el uso de alguna de sus funciones.
Tengo que admitir que no había probado hasta la fecha ningún juego programado exclusivamente para la realidad virtual (y mucho menos algo de tanta calidad como Half-Life: Alyx). Simplemente todo lo que veía me parecían demos técnicas, lejos de ser juegos completos y mucho menos triple A.
Primer contacto con Half-Life: Alyx
A través de un amigo conocí Half-Life: Alyx un par de meses antes de su lanzamiento. Después de ver algún video demo de la página de Steam, no demasiados la verdad, realicé la preorder. Finalmente, el juego salió al mercado, y una tarde de estas de confinamiento tonto me puse el casco, me equipe los mandos y me dispuse a probar lo que podría ser bajo mi opinión, el mejor juego de la década.

Igual debido a mi inexperiencia con otros títulos de RV, pero tras iniciar el juego. Me quede anonadado con la posibilidad de interactuar con prácticamente todo el entorno. Podía coger una lata, y después de inspeccionarla por todos sus ángulos y recodos, lanzarla con desdén. Recoger un paquete de cerillas y al agitarlo escuchar los fósforos de su interior rebotar en la caja. Incluso me transporte a mi época de instituto al realizar un «grafiti» con un rotulador en una ventana. Si, era un poco gamberro.
Continué sumergiéndome por el juego y sus escenarios, si bien limitados, lo suficientemente grandes y bien detallados para que la experiencia sea única. Que hay una puerta, pues te acercas y haces lo que se supone que harías en la vida real, acercas la mano, tiras hacia abajo del picaporte y empujas a tu gusto la puerta para abrirla completamente o no. Absolutamente todo está hecho de manera que no puede ser más intuitivo, y las físicas están muy bien conseguidas.
Es difícil explicar (como en Matrix) lo inmersivo que resulta tener que introducir un cargador en el arma para inmediatamente después tirar de la corredera para amartillarla. Hasta el punto de que si tienes una bala en la recamara, esta saltará de la pistola como si una de verdad se tratara. Apuntar y disparar no tiene nada que ver con un juego shooter al uso. Ya no se trata de mover el ratón, aquí uno apunta con el arma como lo harías en el mundo real.
Detalles técnicos:
Después podemos entrar en el apartado gráfico, el cual poco tiene que envidiar al de un juego convencional de monitor. Los gráficos son impresionantes, el nivel de detalle de los objetos, los enemigos, personajes, etc… Se nota que todo está cuidado al detalle y con un nivel de polígonos muy alto, manteniendo en todo momento una optimización y rendimiento sobresaliente.
Poco puedo contar aún de su historia, pues aún no he terminado el juego, pero puedo decir que está a la altura o más de sus anteriores sagas. La única pega en este aspecto es que no esté doblado al español, pese a que tiene subtítulos en castellano.
Los sonidos son buenos. La atmosfera que se crea hace que vayas por un pasillo mirando a todos lados esperando a cada momento recibir el susto de tu vida de algún enemigo oculto. Las balas escasean, y los momentos de tensión, créeme que los hay, son aliviados con partes de exploración en donde nos pasaremos horas rebuscando entre cajas por munición y resina. En definitiva, Valve ha sabido perfectamente como juntar todas las funciones que ofrece esta generación de realidad virtual e integrarlas en un solo juego. Cuidando hasta el más mínimo detalle y haciendo que la experiencia sea única.
Pero si algo hace que mi hype suba por las nubes, es saber que Valve por fin abrió la caja de pandora para que otras grandes compañías de videojuegos se sumen a la realidad virtual y empiecen a desarrollar juegos completos y cuidados en todos los aspectos. Yo al menos siento que esto será un antes y un después en la industria.
Valoración
Han pasado trece años desde la aparición de su antecesor Half Life 2 en la saga, y como todo en esta vida, lo bueno se hace de rogar. Creo no equivocarme al afirmar que este título será recordado con el tiempo como: Zelda, GoldenEye, GTA5 y otros juegos del salón de la fama, que cada uno en su época marcaron precedentes. Estamos ante una obra de arte, un best seller sin ninguna duda en lo que a la realidad virtual se refiere. O como diría yo, un Must Have.
Sarke Studios.
Tiene pinta de ser un pepino de juego. No puedo sino esperar el momento en que pueda ponerle mis manos encima a este título.
Pero como bien díces, lo que más me llama la atención es que esto pueda ser la apertura de la caja de pandora hacia el futuro de los videojuegos.