Podría empezar esta entrada dando un montón de detalles y referencias sobre lo que Diablo II significo en mi vida, pero vayamos a los inicios. En el año 2000, Blizzard Entertainment lanzo la secuela, fue desarrollado por Blizzard North, compañía antes llamada Condor Games que fue comprada por Blizzard para el desarrollo de Diablo I en 1996.
Un poquito de historia
Mi historia con la franquicia comenzó pronto, en Diablo I. Si no recuerdo mal creo que venía en un cd-rom, de esos que podías comprar en quioscos de prensa y los traían adjunto revistas de videojuegos de la época. Si, esos en los que venían varios juegos en un mismo cd. ¡Eran buenos tiempos!
Debería de tener unos 10 u 11 años cuando descubrí este juego de la mano de un amigo que vivía en la misma urbanización que yo. No podría dar un análisis muy detallado pues francamente, solo me acuerdo de ciertos detalles. Pero si recuerdo pasarnos horas en su casa jugando los dos en la misma PC. Si, mientras uno jugaba el otro miraba, y créanme cuando digo que lo pasábamos muy bien. Lo que si recuerdo es esa sensación de tensión, esos pasillos oscuros, la sangre en las paredes y un enemigo que no olvidare y que más tarde sería incluido en Diablo II, «The Butcher«.
La secuela
Diablo 2 es un claro ejemplo de la excepción que confirma la regla de que segundas partes nunca fueron buenas. Es en los videojuegos, lo que llamaríamos en cine a una película de culto. Seguramente si lees esto ahora pensaras que estoy loco o que no tengo criterio, pero os aseguro que para aquella época fue un juegazo. La diferencia más sustancial frente a su precuela fue la posibilidad de jugar online en los servidores de Blizzard, llamados battle.net. Sin embargo, no fue hasta la salida de la expansión cuando más disparo sus ventas, y eso que solo añadía dos clases más de personaje a las cinco que ya incluía y un nuevo acto con un último final.
Gráficamente era una bestia en aquella época, repito. Haciendo un buen uso de la vista isométrica y la posibilidad de exploración que esta permite. Las cinemáticas a día de hoy, salvando las diferencias temporales, siguen siendo decentes y en aquellos tiempos dictó cátedra.
Se trata de un juego de Rol del tipo hack and slash, en el que tendremos que escoger entre una de las siguientes clases y recorrer los cinco actos (incluida expansión) que nos proporciona el juego:
Clases Diablo II
- Paladín: un personaje con mucha versatilidad, puede ser un excelente tanque o volverse un caster por medio de la magia holy. Recuerdo builds como smite, martillos, o de rayo sagrado entre otras.
- Hechicera: haciendo uso de los tres elementos: fuego, hielo, rayos para mantener a sus enemigos a distancia y utilizando un teleport para el desplazamiento.
- Amazona: con bastante versatilidad también este personaje puede ir acabando con sus enemigos a distancia; con arco. O mediante el uso de javalinas. Además, puede invocar una valkyria o un señuelo.
- Bárbaro: un personaje únicamente orientado al cuerpo a cuerpo (melee), un personaje muy resistente y con un daño más que considerable. Entre sus habilidades más famosas están el torbellino y el salto, además de sus gritos que potencian a el mismo y sus aliados.
- Nigromante: dedicado a la resurrección e invocación de minions que combatirán y harán las veces de escudo, también es un personaje que puede centrarse en el uso de la magia ofensiva y maldiciones con las que debilitar a los oponentes.
Valoración
Uno de los grandes de la época que ha marcado historia. Diablo II te sumerge a través de su historia, sus cinemáticas y sobre todo su ambientación, por mapas oscuros, siniestros y laberínticos repletos de todo tipo de enemigos demoníacos. Con una personalización de personajes tanto en stats como en habilidades o hechizos, que por desgracia no mantiene su entrega posterior Diablo 3. A día de hoy ya no es lo que solía ser, pero aún posee un buen puñado de jugadores en sus servidores online.