Hace tiempo que este modelo de negocio es usado por la industria de videojuegos como método de financiación para sus títulos. Lo primero vamos a ver que es cada uno de estos modelos, porque no son lo mismo.
Una suscripción es un pago recurrente, que puede ser mensual o anual, como norma general este tipo de pagos va asociado a juegos MMO o similares. Juegos que necesitan tener y mantener muchos servidores para poder alojar las cuentas de su gran base de jugadores. Además, suele coincidir que los títulos que utilizan este modelo de negocio te venden el juego más barato en comparación con otros.
Por el contrario, en una DLC no pagas por el mantenimiento de sistemas y hardware, estas pagando por el contenido digital descargable, de sus siglas en inglés DownLoadable Content. Estas pueden ser gratuitas o de pago, pero en nuestro caso dejaremos las gratuitas de lado, pues no podemos criticar nada en este aspecto.
¿Son más caros los juego ahora que antes?
Diría que no, pero con matices. Antiguamente un juego de estudio podía costar 8.000 pesetas e incluso los más caros hasta 13.000 pesetas, lo que ahora serían unos 48 y 78 euros respectivamente. Esto sin tener en cuenta la inflación y el cambio de moneda.
Pero, ¿Qué pasa con las versiones digitales?. Ahora los gastos de producción deberían ser mucho más reducidos ya que no tenemos que pagar por un diseño, ilustración, comisiones de venta o almacenaje. Esto es verdad, pero tampoco cuesta lo mismo desarrollar un triple A, —es decir, con altos valores de producción en las tres áreas comunes— ahora, que antes. La mayoría de estos juegos en la actualidad cuenta con actores reales y unas técnicas de motion capture o Tracking para digitalizarlos que cuestan dinero, y esto sin entrar en el campo de la publicidad que se ha disparado.
La evolución de la industria
En un principio teníamos los cartuchos, estos podían ser coleccionados, prestados, intercambiados entre colegas e incluso revendidos, por lo que tenían un valor intrínseco.
Después llegaron los cd’s y con ellos surgió también su mayor mal, la piratería. Se vendían muchas consolas, pero pocas copias originales de videojuegos, el formato físico empezaba a perder valor. La industria y las desarrolladoras buscaron soluciones y empezaron a dar una mayor notoriedad a los juegos multijugador. Con esto conseguían “capar” en cierto modo las copias que no eran originales.
Por último, salieron las plataformas de videojuegos, llámese Steam, Origin, etc. Y con ellas surgió el auge de lo digital. Hemos ganado en comodidad y facilidad de compra, cosa que beneficia mucho a la industria, pues es más fácil vender. Pero por otro lado todo aquel que le guste comprar las copias físicas habrá notado un decremento en la calidad. Ya casi no encuentras cajas tan completas como las de antes, con su buen manual e ilustraciones.
Por otro lado, hemos perdido autoridad, los juegos que compramos a través de las distintas plataformas ya no nos pertenecen, ya no podemos intercambiarlos o venderlos y están asociados a una cuenta digital con los riesgos que conlleva, como hackeos, desaparición de la empresa, etc.
¿Que pasara con nuestra biblioteca de juegos cuando por ejemplo fallezcamos?, ¿Debemos dejar en testamento la cuenta?, ¿Se perderán con todo ese valor económico?
¿La culpa es de los desarrolladores?
El desarrollador por supuesto se lleva dinero de las copias físicas, pero menos de lo que piensas, entre un 40% y un 43% de cada venta, y de esto todavía deberá descontar los sueldos de los programadores, diseñadores, etc. El resto es dividido entre muchos factores como: impuestos, licencias, publicidad, distribuidores…
El problema de las DLC
A mí no me importa que saquen un juego y al cabo de un tiempo, uno o dos años de trabajo, y por aprovechar el motor gráfico, me saque un contenido de pago. Eso sí, un contenido de calidad con nuevas mecánicas, personajes e historias. Lo que los de la vieja escuela conocemos como expansión.
Lo que no me cuadra es que saquen un juego por cachos. Que primero te saquen una beta para que los propios compradores hagamos de betatester y que desde la primera semana empiecen a sacar dlc’s de pago y con un contenido de mierda. En esto solo existen dos culpables, los desarrolladores y nosotros los consumidores.
El Netflix de los videojuegos
Personalmente pienso que es hacia donde se dirige la industria, suscripciones en plataformas donde por un precio fijo mensual tengamos a nuestra disposición un catálogo completo de videojuegos. Un modelo que a priori no me parece mal siempre y cuando los precios no sean desorbitados y tengamos una buena calidad de títulos.