Una vez comprendido mínimamente lo que es un NFT o como funciona la Blockchain, deberíamos ser capaces de entender y distinguir los dos aspectos fundamentales. Por un lado, tenemos el aspecto tecnológico, y por el otro, el social, financiero o mejor dicho especulativo.
Existe mucha gente que critica un aspecto y realmente no conoce el otro. Hay personas que critican la tecnología sin entenderla, cuando lo que en realidad quieren criticar es el aspecto social o especulativo porque su primo, el «cripto bro», no deja de dar por culo. Casi todos hemos visto el titular u oído la historia sobre que si tal NFT, véase monos cocainómanos, ranas, pingüinos o unicornios de la red que sea, han sido vendidos por una cantidad absurda de dinero.



La primera imagen es la única de las tres que corresponde con un NFT, las otras dos son obras de arte del mundo real, una es el Intercambio (Willem de Kooning) y la última Orange, Red, Yellow de Mark Rothko. Posiblemente, la mayoría de nosotros no conocemos estas obras y tampoco importa. Lo que quiero decir, es que esto de los NFT con los que se especula, no es muy distinto a lo que se hace en el mundo real por medio de las subastas con las obras de arte. Quizás algún gurú podría discutir sobre el papel de estos artistas en la historia, que si patatín o patatán, pero lo cierto es que muy pocos podrían hacerlo, y la mayoría ni reconocemos siquiera las obras.
Lo que ocurre es que solo vemos la parte de cuando sale bien, la positiva, cuando algo vale cien y pasa a valer veinte veces más. Pero el 85% de los NFT cuesta menos de cincuenta dólares, y la mayoría de ellos costará cero en un futuro. Al igual que no todas las obras de arte del mundo no digital cuestan una fortuna. Al final esto es un mercado muy nuevo y necesita tiempo para estabilizarse, para que la gente se forme y tome un criterio, para identificar las estafas, etc.
Pero una cosa es la parte especulativa y otra la tecnología, gracias a la blockchain y a estos NFT´s podemos hacer que un artista, de los que se lo curran y se lo merecen. Se lleven unas royalties de las ventas y compras que se realicen con el NFT. Todo esto sin intermediarios y de manera automática, dejando un ingreso mucho más limpio y transparente para el artista.
Por otro lado tenemos el debate del impacto medioambiental. Sí, es cierto, los NFT contaminan. Bueno, realmente es la infraestructura sobre la que trabajan la culpable. Esta se diseño y tiene su sentido de forma descentralizada, esto quiere decir que los datos de las transacciones y de este «libro de cuentas» no están guardadas y manejadas por un único ordenador, sino que son muchos ordenadores los que llevan estos registros.
Para que esto funcione, se necesita una serie de reglas que afecten a todos, o lo que se conoce como consenso. Imagínense que este consenso fuera un sistema de votación. Esto, que bien podría funcionar en el ámbito personal y real, se complica en lo virtual. Una persona tiene un único identificador, su DNI. Pero un ordenador virtualmente podría hacerse pasar por muchos ordenadores para realizar muchas votaciones.
Con esto, surgió un mecanismo de consenso que es conocido como Proof of Work (PoW) o prueba de trabajo. En él, ya no solo vale con decir: Amigo, soy un ordenador y quiero votar… Si no que ahora tienes que ceder parte de la capacidad computacional para resolver un problema «inútil». De esta forma, si ahora un ordenador quisiera hacerse pasar por muchos, necesitaría muchísima capacidad de cálculo para lograrlo. Esta resolución del «problema» es la que hace que sea necesaria muchísima electricidad.
Pero esta huella de carbono podría estar llegando a su fin, gracias a otro mecanismo de consenso llamado Proof of Stake (PoS) o prueba de participación. Donde ahora ya no se le va a pedir a un ordenador que invierta parte de sus recursos computacionales para participar, lo que tendrá que hacer, es una demostración de parte de sus fondos (es decir, «la panoja») mediante un stake o bloqueo de los mismos. Con esto, se consigue el mismo efecto en la seguridad, pero el consumo energético podría ser reducido en un 99.5%.
Para concluir, no compraría un mono ni con tu dinero Willy, pero eso no quiere decir que no crea que la tecnología sea útil, que existe un mercado potencial, el cual ya se está investigando y desarrollando. Hablo de empresas con más capitalización que Bitcoin, o ¿Quién te iba a decir a ti?, allá cuando comenzó internet, que existirían las redes sociales, que una persona desde su casa con una cámara y un micrófono pudiese hacer de este, su forma de ganarse la vida. Entre otras cosas.